Digital cartoon-like illustrations of a small herring fish farting, above the water little bacon drawings where the "fart bubbles" reach the surface.

La flatulenta comunicación que casi provoca una guerra (que la biología evitó)

Imagina que te pasas toda tu carrera persiguiendo algo que no puedes ver, sino que sólo escuchas su “sonido típico”, y que se trata de un asunto de seguridad nacional o incluso de un desencadenante de la Tercera Guerra Mundial. Tienes el sonido, tus sonares muestran que hay algo ahí fuera, no te estás volviendo loco. Pero no encuentras absolutamente nada… Quince años después resulta que sólo era un pequeño pez. Un gran banco de pequeños peces…pedorreándose. Esto le ocurrió a la Armada sueca no hace mucho tiempo, provocó tensiones diplomáticas entre Suecia y Rusia, pero al final, un poco de biología devolvió la paz al Mar Báltico.

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La famosa “neutralidad” de Suecia no la dejó realmente al margen de los conflictos durante las guerras pasadas. El territorio sueco fue puesto a prueba varias veces, su ubicación era una buena razón para estar preparados, y ahora sabemos que no eran tan neutrales después de todo. Pero Suecia no estuvo directamente implicada durante la Guerra Fría (1947 – 1989/91). Sin embargo, sus vecinos del otro lado del Mar Báltico fueron actores principales en esta guerra: la (entonces) Unión Soviética.

Naturalmente, fue motivo de gran preocupación cuando en 1981 un submarino ruso perdido quedó varado en las costas suecas del Mar Báltico. No sólo estaba en territorio sueco de forma inesperada, sino también en una zona restringida cerca de una base naval sueca. ¿Coincidencia? Todavía no lo sabemos. Los rusos dijeron que fue un mal funcionamiento de sus sistemas de navegación y finalmente fueron escoltados de vuelta al Este. Durante el resto de la Guerra Fría, los suecos se mantuvieron alerta y aumentaron la vigilancia, incluyendo varias “cacerías” de submarinos sin éxito en aguas suecas. Sus hidrófonos y sonares militares detectaban a menudo mucha actividad submarina – o eso creían.

Pero la Guerra Fría llegó a su fin entre 1989 y 1991, así que ¿por qué la Armada sueca seguía detectando mucha actividad submarina durante varios años después? Las tensiones aumentaron hasta el punto de que en 1994 el primer ministro sueco Carl Bildt escribió una carta a Boris Yeltsin, primer presidente de la Federación Rusa, preguntando qué estaba pasando y que se pusiera fin a esto. Yeltsin respondió: “no tengo ni idea de lo que estás hablando” (o, ya sabes, una manera más diplomática de eso).

Hubo que esperar hasta 1996 para que la Marina sueca decidiera mostrar todas estas pruebas acústicas a los primeros civiles que escucharon este “sonido típico”: los expertos en bioacústica e ictiólogos Magnus Wahlberg y Håkan Westerberg. Hay que tener en cuenta que a estas alturas la Marina llevaba quince años escuchando y persiguiendo estos sonidos. ¡¡¡QUINCE!!!

En su TEDtalk, Wahlberg describe lo que la Marina llamaba “sonidos típicos” como el sonido del tocino friéndose. Wahlberg y Westerberg sospecharon un origen biológico del “sonido típico”. Hablaron con los pescadores locales, que decían que a veces sus redes de pesca “hervían”. Primero estudiaron a los peces arenque del Báltico en acuarios y se dieron cuenta de que sí emitían algunos sonidos, pero no eran como los del tocino al freírse. Pero claro, estos peces viajan en grandes bancos (enoooormes bancos – los arenques del Atlántico pueden viajar en bancos de ¡hasta cuatro kilómetros cúbicos! Aunque no he encontrado una estimación fiable para la subespecie del Báltico), no hacía sentido estudiar uno a uno en acuarios. Resultó que muchos (¡muchos muchos!) de estos peces juntos expulsando pequeñas burbujas de aire por sus anos hacen que las redes de los pescadores parezcan “hervir” cuando las burbujas llegan a la superficie y hacen el sonido como de freír tocino. El “sonido típico” que los militares habían buscado durante más de quince años no era más que el de los pedos de los peces.

Pero, ¿cómo se tira un pedo un pez?

Cuando vamos a nadar, tenemos que invertir mucha energía para mantenernos a flote, y puede ser agotador (o un buen ejercicio cardiovascular). Pero entonces, ¿los peces se agotan constantemente? Eso no tendría mucho sentido evolutivo.

Muchos peces óseos controlan su flotabilidad con un órgano especial llamado vejiga natatoria. La vejiga natatoria ayuda a los peces a mantenerse a flote de forma pasiva y a guardar esa “energía muscular” para cuando necesiten escapar de los depredadores, los pescadores o de los biólogos. La vejiga natatoria es como un globo dentro del cuerpo del pez. Pueden inflarla o desinflarla para controlar su posición en la columna de agua.

Hay diferentes tipos de vejiga natatoria en cuanto a su conexión con otros órganos y su funcionamiento. Algunas especies tienen la vejiga natatoria conectada a la boca y pueden rellenarla en la superficie del agua; otras han perdido estas conexiones e intercambian gases únicamente a través de su sistema circulatorio o tienen una glándula de gas que la rellena con dióxido de carbono producido a través de reacciones bioquímicas en otros órganos. Otros, como el arenque del Báltico (Clupea harengus membras), tienen la vejiga natatoria conectada tanto al estómago (por tanto, indirectamente a la boca) como al ano.

Herring sketch depicting the swm bladder and other organs involved in the herring farts. From Wahlberg and Westerberg 2003.
Herring sketch from Wahlberg and Westerberg (2003)

Otros peces, como los cartilaginosos (tiburones y rayas) no tienen vejiga natatoria. En su lugar, almacenan mucho aceite en el hígado para ayudarles en su flotabilidad. Como recordarás de los experimentos de tu infancia, el aceite es menos denso que el agua.

Pero volvamos al arenque

La física de los peces es realmente interesante, y podríamos seguir a detalle con la vejiga natatoria, pero por hoy vamos a centrarnos en la acústica de la brisa anal del arenque del Báltico. Durante un tiempo se pensó que los arenques utilizaban su boca para llenar la vejiga natatoria a través del “conducto neumático” (un pequeño canal que recorre el estómago) cuando están en la superficie del agua. Cuando necesitan liberar gas (para evitar explotar al ascender o cuando se estresan con las redes de los pescadores, por ejemplo) no lo expulsan con un eructo: lo expulsan con un pedo. Pero aún quedan muchos interrogantes sobre cómo llenan realmente sus vejigas natatorias los arenques, ya que un estudio sobre los arenques del Atlántico reportó de que la mayoría de los pedos se producían por la noche y no estaban necesariamente relacionados con el momento en que tragaban aire de la superficie. Entonces, ¿cómo almacenan o “rellenan”? Todavía no lo sabemos; sólo sabemos que se pedorrean (claro, algunos argumentarán que no son “pedos” por no producirse en el tracto intestinal, pero estamos usando una definición liberal de “pedo” como “cualquier aire expulsado por el ano”).

¿Por qué los pedos nocturnos?

Curiosamente, el canal lleno de gas del arenque también conecta su vejiga natatoria con los órganos otolíticos (relacionados al balance y al oído) y parte de su “sistema de detección” (o células sensoriales laterales) en la cabeza. Esto significa básicamente que los arenques son buenos oyentes.

Varios estudios han demostrado que los peces clupeidos (la familia de los arenques) pueden percibir las diferencias hidroacústicas de su entorno y comunicarse a través de sus pedos, utilizando sus vejigas natatorias como cámara de resonancia. Esto es especialmente útil por la noche para mantenerse cerca de los bancos cuando su visibilidad se ve reducida. Wahlberg y Westerberg también habían argumentado que los arenques probablemente liberan gases por una razón social y no tanto por la física.

Durante algún tiempo los científicos pensaron que sólo los miembros de la misma especie podían escuchar sus propios pedos agudos para compartir sus “mensajes secretos” y nadar con éxito lejos de los depredadores, pero ahora sabemos que algunos depredadores -como algunas ballenas- también son capaces de detectar las flatulentas conversaciones de los arenques, como también lo hizo la Marina sueca.

Waveform and spectrogram of a typical FRT sound from Wilson et al. 2004.
Espectrograma de los sonidos producidos por los arenques. Wilson et al. (2004)

Así que ya lo sabes, ¡consulta a los científicos antes de pasar más de quince años aterrorizado por tu platillo nacional!

Illustration of a herring farting and from one of the "fart bubbles" the text reads: "Spread the word!"

Dato curioso: Durante la Segunda Guerra Mundial, los operadores de sonares se confundían a menudo por la resonancia de muchas vejigas natatorias de la fauna acuática y otras “burbujas internas” de algunos animales planctónicos. Un extraño fenómeno de “falso fondo” oceánico (ahora conocido como “capa profunda de dispersión”) daba la impresión de que el fondo oceánico era más profundo durante el día que durante la noche, cuando en realidad sólo se trataba de “una capa” de fauna.


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References

Wahlberg, M. & H. Westerberg. 2003. Sounds produced by herring (Clupea harengus) bubble release. Aquatic Living Resources. 3(16) 271-275.

Wilson, B.; R.S. Batty & L.M. Dill. 2004. Pacific and Atlantic herring produce burst pulse sounds. The Royal Society Biology Letters. 271 S95-S97.

Sharpe & Dill. 1997. The behavior of Pacific herring schools in response to artificial humpback whale bubbles. Canadian Journal of Zoology 75(5), 725 – 730.

Doksætera, L.; O.R. Godø, & N.O. Handegard. 2009. Behavioral responses of herring (Clupea harengus) to 1-2 and 6-7 kHz sonar signals and killer whale feeding sounds. The Journal of the Acoustical Society of America. 125, 554.

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