Waterfall. Chilascó, Guatemala.

Reflexiones ribereñas – ¿hasta cuándo vamos a aprender de la historia?

El agua siempre ha sido pieza clave para el éxito de las distintas civilizaciones humanas. Desde satisfacer nuestra sed hasta transportarnos sobre ella, los humanos hemos aprendido a aprovechar el agua, incluso controlarla, para mejorar nuestra vida.

En clases de historia aprendíamos sobre los ríos Tigris y Éufrates y todas las dinastías que de ellos dependieron. Hoy, aún millones de personas dependen de esos dos ríos, aunque su calidad está en deterioro. El Nilo, el Yangtze, el Amazonas y el Danubio no se quedan atrás en su popularidad en los libros, las películas y en la música. Estoy segura que tú también puedes pensar en algún río que ha sido importante en tu vida. Los ríos le han dado forma a nuestras culturas y economías. Los ríos, a diario, nos dan de vivir.

Río Nilo, Jinja, Uganda

A veces me gusta imaginar esos momentos en donde un “nuevo” grupo de homínidos llegaba a un lugar antes sólo habitado por todos los otros animales. Imagina ir caminando en busca de mejores recursos, entre bosques o savannas calurosas, y de repente se aparece esa fresca fuente de agua. ¿Qué habrán sentido?

Hoy día no existe en el mundo un lugar prístino. Todo lo que hoy podemos apreciar ha sido modificado por quienes estuvieron antes de nosotros. Todo es una mezcla de modificaciones por nuestros antecesores y fenómenos naturales. Ciudades, represas, agricultura, incluso guerras (muchas de las guerras hoy activas): hacemos todo alrededor de este irremplazable recurso. Lo que nosotros hacemos (y no hacemos) también tendrá consecuencias en nuestro futuro. No sólo para generaciones lejanas – hoy ya nosotros estamos viviendo toda esta acumulación de consecuencias. Pero aún podemos mejorar las cosas.

El último domingo de cada Septiembre se conmemora el “Día Mundial de los Ríos”, y hoy les quería compartir unas reflexiones personales

Río Alm, Austria

En 2012 participé por primera vez en las “Expediciones Atitlán” (un proyecto limnológico que contaba con varios científicos guatemaltecos, norteamericanos y europeos). Un día estábamos tomando muestras en el río Panajachel (un río aún en un pésimo estado). Mientras yo rotulaba el frasquito de la muestra de agua, a mi lado una colega de República Checa miraba pensativa hacia el lago. De repente me dijo: “Ustedes aún tienen tantos recursos sin alteraciones irreversibles. Espero ustedes puedan aprender de los errores que cometimos en Europa hace siglos y que hoy estamos pagando…”. No se me olvida ese melancólico momento.

He tenido el privilegio de trabajar en otros ríos del mundo y situaciones similares han pasado. Siempre hay alguien, normalmente de algún país del Norte Global, lamentando sentir una especie de viaje en el tiempo al ver que en países del Sur Global, en lugar de aprender de la historia, repetimos los errores como si esperáramos otros resultados. En los años que llevo estudiando Limnología en Austria, en una Universidad con estudiantes de todo el mundo, consejos similares a los que recibí ese día en Atitlán son muy frecuentes de escuchar.

¿Cuándo vamos a aprender?

Río Verde, Ecuador

Aquí he tenido la oportunidad de conocer proyectos de restauración de ecosistemas y su larga y catastrófica historia. Siempre me deja pensando: si en Guatemala apenas tenemos los recursos para investigación y conservación, no vamos a tener los recursos para restauración de ecosistemas enteros. En especial si apenas los conocemos. Aún estamos a tiempo de manejar nuestros recursos adecuadamente – esperando no tener que llegar a este punto. Debemos invertir y tomar decisiones basadas en ciencia, y dejar de aprobar proyectos que atentan contra los recursos que necesitamos para una mejor calidad de vida.

0.03%

En Guatemala se invierte menos del 0.03% del PIB en investigación y desarrollo, pero de alguna manera hay quienes esperan que los científicos resolvamos todos los problemas. Ese no es nuestro papel – aunque no es que no quisiéramos – pero es responsabilidad de todos.

En algún momento uno de los alcaldes de la cuenca de Atitlán nos dijo que “por qué los científicos hacíamos tanta investigación en vez de hacer algo“. No sólo refleja lo poco que se sabe sobre qué implica “hacer ciencia”, sino que también se lavaba las manos de ese “algo” que es responsabilidad de las alcaldías -> Tomar “tanta investigación” (que tampoco es tanta) y usarla para tomar mejores decisiones.

Río de Atitlán. Visible cómo acarrea sedimentos.  Ríos.

Hoy, en Guatemala, aparenta tener luz verde un proyecto de urbanización que atenta contra uno de los bosques remanentes en la ciudad, que es también importante para la recarga hídrica. También parece tener el visto bueno un edificio en Izabal que supone un gran riesgo ante desastres naturales. En la página web del MEM lamentan no aprovechar todo el potencial hidroeléctrico del país. Hay más que suficiente evidencia sobre cómo la energía hidroeléctrica no es la mejor opción. Personas en Petén despertaron hace algunas semanas para abrir el grifo y beber agua, pero en su lugar recibieron combustible. Los medios y gobierno aún no le han dado a esto la cobertura e importancia que merece. ¡Estamos hablando de la salud de las personas! ¿Y si hubiera sido en tu grifo?

Y así podríamos seguir…

Pero para no terminar esto con un sabor amargo y de culpa, veamos qué podemos hacer por nuestros ríos

Uno de los ríos de Atitlán.

Imaginemos un proyecto para implementar “buffer strips” ribereños en los ríos del lago Atitlán, como el que ves en la imagen anterior. Los “buffer strips” (o “franjas de amortiguamiento” en su traducción literal) son franjas de vegetación a los lados de un río, idealmente de varios metros de ancho hacia cada lado (quiero decir que no se trata de sólo un arbolito a cada lado). Esta medida es lo mínimo que debería estar en pie cuando la idea de restaurar el bosque ribereño es imposible (por ejemplo cuando ya existe infraestructura, agricultura o ganadería muy cercana al río y que no se pueda restaurar). Estas franjas de vegetación funcionan como filtros de las actividades de la cuenca, ayudando a disminuir la cantidad de fertilizantes, pesticidas, y sedimentos que preferiríamos no tener en el agua del rí ni del lago. Tienen también funciones importantes para la biodiversidad, el microclima, y la belleza paisajística, entre muchas otras. Pero muchas personas tienen dentro de sus actividades económicas principales la extracción de ripio del lecho del río. Esto desencadena otra serie de problemas, y es en parte lo que dificultaría llevar a cabo este hipotético proyecto. Pero no estoy culpando a estas personas directamente. ¿De qué otra forma generarían ingresos? Este es un problema en todo el país.

Mi único objetivo con este escenario hipotético es ilustarte lo enlazada que está la ciencia y la toma de decisiones basada en ella con muchos otros problemas socioeconómicos del país. Quizá son cosas que no siempre conectamos. Otro importante ejemplo es el de las aguas residuales. Así como pagamos por recibir agua, deberíamos pagar también por el adecuado tratamiento de nuestras aguas residuales.

Es por todo esto que, como decía antes, los científicos no podemos solucionar los problemas medioambientales como un grupo aislado – te necesitamos a tí también. Muchas de las barreras con las que nos topamos frecuentemente se pueden resumir en la falta de voluntad política y falta de presión social. Es allí donde decimos que todos somos responsables y todos tenemos varios papeles que podemos jugar. Quizá llegar al punto de otrogarle derechos al río como en Nueva Zelanda e India nos queda muy utópico, pero definitivamente debemos ser una sociedad más activa y exigente. Todos merecemos lindos ríos para largo, evitemos repetir errores cuyas consecuencias conocemos y no las vamos a poder manejar.

Cuéntame tus sugerencias en los comentarios

Pescadores en Río Dulce, Guatemala. Ríos.

¿Aprendiste algo nuevo aquí? Considera apoyarme en Ko-fi y recibe un doodle personalizado: 

[kofi]




LECTURAS RECOMENDADAS:
  1. Battistel, D. et al. 2018. Anthropogenic Impact in the Maya Lowlands of Petén, Guatemala, during the last 5500 years. Journal of Quaternary Science.
  2. Haidvogl, G. 2018. Historic Milestones of Human River Uses and Ecological Impacts. Riverine Ecosystem Management.
  3. Anderson, E.P. et al. 2019. Understanding Rivers and their Social Relations: A Critical Step to Advance Environmental Water MAnagement. WIREs Water.

1 thought on “Reflexiones ribereñas – ¿hasta cuándo vamos a aprender de la historia?”

  1. Excelente reflexión, hasta que no nos demos cuenta que nuestras acciones en contra de la calidad del ecosistema nos están reduciendo la calidad de nuestras vidas no daremos vuelta a como hacemos las cosas. La ciencia debe de ser el fundamento que permita tomar mejores decisiones, y eso incluye la transformación de resultados científicos a un lenguaje entendible por estos tomadores de decisiones.

Leave a Comment

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *

Scroll to Top