Abrir el camino debía ser metafórico

Una gran parte de la cuenca del Amazonas ha sufrido en silencio en los últimos meses. Hace unos días, la ciudad de Sao Paulo estaba completamente oscurecida por el humo en plena tarde (¡a unos 3,300 km de los incendios!). El bosque amazónico se enfrenta a uno de los peores eventos por los que ha pasado durante el Antropoceno. Al norte de la Amazonía, la Selva Tropical de la Biosfera Maya, la segunda selva tropical más grande del continente americano, también ha tenido su devastadora proporción de incendios este año. California ha visto su peor año de incendios forestales en 2018 y, al parecer, todavía no descartan que en 2019 aún podrían empeorar. Siberia arde. Alaska arde. Las Islas Canarias arden. Indonesia arde.

Como conservacionista, los sentimientos de duelo y desesperación se han convertido en algo cotidiano, y la pregunta de “¿qué podemos hacer al respecto?” se sigue enredando en una red de problemas en los que nosotros, como individuos, desempeñamos un papel más importante de lo que se imaginan. No es fácil separar todos los factores involucrados, pero he hecho mi mejor intento aquí. Para saber qué hacer, es posible que necesitemos comprender por qué estos lugares son tan importantes y qué impulsa estos incendios en primer lugar.

Maya Rainforest view from the top of a Pyramid. A "sea of green" from the forest canopy covers the lower half of the picture; blue sky with some clouds covers the upper half. At the middle right the top part of a Maya pyramid.
Maya Rainforest – Petén, Guatemala

Quizá recuerdes haber aprendido sobre la fotosíntesis en la escuela: las plantas absorben dióxido de carbono de nuestra atmósfera y nos dan oxígeno a cambio. Eso sigue siendo cierto, y la gente parece haberlo olvidado. Pero las plantas hacen mucho más que simplemente darnos oxígeno (aunque eso ya es bastante importante). La amplia gama de servicios ecosistémicos de los que nos beneficiamos va desde tener reservas de agua dulce y control de enfermedades hasta potenciales recursos farmacéuticos y, mi favorito: comida.

Las corrientes de aire y los patrones climáticos en todo el mundo no son solo una cuestión de rotación y revolución de la Tierra. Las vastas interacciones y reacciones químicas que se producen en cada tipo de ecosistema juegan un papel importante en la regulación de estos patrones a nivel microclimático y a escala global, particularmente en lugares como el Amazonas.

Suelos fértiles, recarga y purificación de agua, recursos genéticos, áreas de recreación, agua dulce, alimentos, control de inundaciones, mitigación de desastres, control de enfermedades…nuestras billeteras pronto notarán la falta de estos ecosistemas. 

A person, where you can only see the core and left arm, holding a cacao fruit cut open in half, showing the green outer part and the white seeds in the middle. Another persons´ hand is reaching in to grab a seed which are edible.
Pronto podríamos quedarnos sin chocolate también…
(Cacao. Quetzaltenango, Guatemala)

“Pero he escuchado que los incendios son beneficiosos para los bosques” – Bueno, sí y no.

Para que comience un incendio necesitamos materia combustible, calor y oxígeno. Sabemos que alrededor del 21% de nuestra atmósfera es oxígeno. Las plantas muertas que se han secado proporcionan el combustible. Para los incendios forestales naturales, la fuente más común de ignición son las tormentas eléctricas.

A lo largo del tiempo, estos incendios han sido muy comunes en algunas regiones del mundo, en donde las plantas locales han evolucionado con el fuego de una manera en la que necesitan del fuego para prosperar. Algunos de estos ecosistemas incluyen algunas sabanas africanas y algunos bosques de coníferas en América del Norte.

Ahora veamos las selvas tropicales de América Latina. Aquí no han sido comunes. La humedad de las selvas tropicales los hacen de alguna manera “resistentes al fuego”. También es raro que se expandan como lo han hecho recientemente, a menos que otras fuerzas externas les den una mano. Las selvas tropicales pueden pasar por períodos de sequía, particularmente con la situación climática actual, pero la forma en que los incendios se han propagado últimamente es una señal de que algo más, o alguien más, ha estado involucrado. Después de todo, ni la Selva Maya ni la Selva Amazónica han tenido períodos secos tan drásticos este año en comparación con años anteriores.

Amazonía Ecuatoriana.

Para empeorar las cosas, controlar los incendios forestales no solo es peligroso, sino que no se trata de una simple receta a seguir. “No hay dos fuegos iguales”. El comportamiento de los incendios forestales no es fácil de predecir. Su comportamiento depende de la topografía local, la hora del día y los vientos. Incluso crean sus propias zonas de baja presión creando otras corrientes de viento. Estas incluso pueden arrojar brasas que encienden otra materia cercana. Su propio calor acelera el secado de las plantas cercanas (¡más combustible!). Esto se traduce en una alta inversión económica necesaria para evitar que se propaguen, cuando invertir en prevención sería mejor, más seguro y más barato.

¿Cómo explicamos los 64 000 (al menos) km2 de bosque perdido en el 2019 por incendios provocados por el hombre?

Es difícil señalar con un dedo en estos casos. Aunque todo se reduce a la deforestación como la presión principal, hay varios factores que conducen a ella. Los incendios forestales en Guatemala este año fueron al menos 95% provocados por el hombre. Los casos recientes en la Amazonía no son diferentes. Aunque algunos pueden ser accidentales, la mayoría son intencionales.

Es fácil (como muchos lo han hecho ya) culpar a los agricultores. Si estuvieras en los estratos de muy-bajos a bajos ingresos y tu nuevo presidente dice que ahora es permitido, ¿no harías lo mismo si solamente tratas de mantener a tu familia? Además, esa no es la única actividad que impulsa la deforestación. Los incendios en la Selva Maya también están relacionados con el tráfico de drogas (limpieza de áreas forestales para pistas de aterrizaje de aviones y expansión de algunos cultivos de drogas y “ganadería” para el lavado de dinero). Este es aún más complicado de resolver.

Nuestros gobiernos corruptos también están motivados por los beneficios económicos a corto plazo que ellos (y solamente ellos) reciben de las actividades extractivas que alimentan las decisiones que han tomado las personas en el poder, como Bolsonaro. Como si la destrucción de nuestro patrimonio natural no fuera suficiente, todo esto también han motivado tantos brutales asesinatos de guardaparques, científicos, y activistas ambientales en América Latina. 

Vista del dosel Amazónico al amanecer.
Parque Nacional Yasuní, Ecuador.

Entonces, ¿cuál es el problema?

Gobiernos corruptos, crimen organizado, pobreza y apatía. No es un secreto. Sé que ya lo sabías. Es difícil desvincular estos factores.

Según algunas noticias, Jair Bolsonaro niega su papel en esto y culpa a las ONG, justo después de haber permitido y promovido expansión de la agricultura y ganadería sin importarle hacia dónde. No tiene absolutamente ninguna consideración por las Naciones Indígenas y las comunidades locales. Hay proyectos de tala, minería, energía hidroeléctrica y perforación de su interés que alimentan estas decisiones. Y omitiré, por ahora, hablar sobre su manera poco clara de referirse a las recientes decisiones de Noruega y Alemania sobre la ayuda internacional para el Amazonas.

A nivel regional, la mayoría de nosotros (países latinoamericanos) tenemos gobiernos corruptos e insensibles que todavía no hemos descubierto cómo combatir. Además de esto, o debido a esto, la falta de acceso a la educación, la falta de planificación territorial adecuada y las oportunidades para el desarrollo sostenible llevan a las personas a soluciones personales desesperadas a corto plazo, ya que planificar a largo plazo es un privilegio que no todos pueden permitirse. Se trata de practicar un poco de empatía para entender esto.

Aunque podría pensar que es “nuestro problema (latinoamericano)” y nuestros gobiernos, las personas del Norte Global también juegan un papel importante en nuestros esfuerzos de conservación. No, no te estoy culpando a ti (ni a mí, ya que actualmente vivo “aquí arriba”), solo digo que hay mucho que podemos hacer desde donde estemos y SÍ tenemos responsabilidad en esto. 

Sabor a culpabilidad

Casi el 40% de las emisiones de carbono causadas por la deforestación impulsada por la producción insostenible de carne y los monocultivos en los países en desarrollo están motivadas por la demanda internacional (aclaro que esto no excluye la importancia de abordar los impulsores locales). Básicamente, todos nosotros, en cualquier parte del mundo, tenemos influencia relevante en la conservación mundial, la producción de alimentos y, en general, nuestro futuro.

No quiero decir que todos necesitemos llevar esta carga como si fuera nuestra culpa personal. ¡Por supuesto que no! Pero como residentes adultos de este mundo, es nuestra responsabilidad mejorar cada día dentro de lo que esté a nuestro alcance y capacidades. Después de todo, nuestra simple elección de alimentos en nuestra visita diaria al supermercado podría estar causando estos asesinatos e incendios. No, no estoy exagerando. Cada pequeña cosa que compramos apoya a alguien, así que hagamos nuestro mejor esfuerzo para apoyar a las pequeñas empresas locales que hacen las cosas correctamente. Querer ayudar a los países en desarrollo no significa comprar un aguacate de tres euros (todavía me siento culpable por el último aguacate que compré aquí). De nuevo: empatía. ¡Hay tantos pequeños innecesarios lujos que realmente no necesitamos para vivir bien!

Imagen vertical del bosque amazónico. Parte del suelo con hojarasca se observa en la parte inferior de la fotografía, el resto muestra las varias capas de vegetación, desde plantas herbáceas a árboles.
Parque Nacional Yasuní, Amazonía Ecuatoriana

Un tipo de pésame

La deforestación en el Amazonas se ha estudiado durante mucho tiempo y los modelos muestran un futuro triste a menos que hagamos algo AHORA. Acabamos de liberar este importante sumidero de carbono en un mundo ya climáticamente crítico. Incluso antes de que el Trump Tropical (como han llamado a Bolsonaro) se estableciera, el Amazonas ya estaba cambiando, con estaciones secas más largas e intensas, diferentes patrones de precipitación e incendios forestales más grandes y prolongados que han sido más frecuentes al menos desde el año 2013. El hecho de que “esto no es nuevo” no es una excusa para dejar de preocuparse, o darse por vencido, o “esperar a que alguien más venga a resolver el mundo”.

Hypsiboas geographicus, Ecuador, Amazonas

Como conservacionista que ha tenido el privilegio de trabajar en parte de la cuenca del Amazonas y de haber nacido en el país de la Selva Maya, el egoísmo de hacer de esto algo personal es inevitable. Fue un poco difícil escribir este texto objetivamente, cuando hay un gran hilo emocional que me une a estos sitios y problemas. Me duele profundamente no solo leer sobre estos casos, sino imaginarme de vuelta allí, con las personas que allí viven, la vida silvestre, los fascinantes sonidos y olores de esas maravillosas mañanas que me hicieron amar tanto más mi carrera, y verlo arder en cuestión de días por la avaricia y la arrogancia de unos pocos. Nunca entenderé cómo estas personas pueden irse a la cama todas las noches conscientes de las vidas humanas, silvestre y el futuro que están asesinando e incluso sin darse cuenta de cómo también están quemando sus propios suministros. Los suelos y el agua necesarios para las actividades que pretenden realizar ahora están comprometidos.

Deja de esperar que cosas como esta se conviertan en “grandes noticias” y actúa a diario. Supongo que es utópico esperar que todos comprendan, amen y respeten la naturaleza por su valor intrínseco de la misma manera que algunos de nosotros lo vemos. Supongo que el punto, al final, es tratar de ser más empáticos día a día para mejorar las decisiones que tomamos, y dejar de ser tan ciego y ajeno a lo que está sucediendo en todo el mundo. Esto no se resolverá de la noche a la mañana y tomará algunas generaciones, pero debemos superar la arrogancia humana lo antes posible.

Lamentablemente, no hay mucho más que podamos hacer en este momento para el Amazonas in situ, ¡pero verifiquemos de dónde viene lo que compramos! (No solo protejamos al Amazonas, incluyamos todos los ecosistemas críticos en esta ecuación) La naturaleza no conoce fronteras políticas. Cualquier ecosistema en peligro de extinción en todo el mundo nos compromete a todos. Cuídate, es tan “simple” como eso.

Río Tiputini, tributario del Río Amazonas, Ecuador

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Lecturas recomendadas:
  1. Pendrill, F. et al. 2019. Agricultural and Forestry Trade Drives Large Share of Tropical Deforestation Emissions. Global Environmental Change. 56:1-10.
  2. Butt, N., Lambrick,  F., Menton, M. & Renwick,  A. 2019.  The Supply Chain of Violence. Nature Sustainability. 2:742-747.
  3. Prevedello, J.A., Winck,  G.R., Weber,  M.M., Nichols, E. & Sinervo, B. 2019.  Impacts of Forestation and Defeorestation on Local Temperature Across the Globe. PLos ONE 14(3):e0213368. 
  4. Baker, I.T., Denning, A.S., Randall, D.a., Dazlich, D.  & Branson,  M. 2013. Impact of Evapotranspiration on Dry Season Climate in the Amazon Forest. Journal of Climate 27(2):574-591.
  5. Esquivel-Muelbert, et al. 2018. Compositional Response of Amazon Forests to Climate Change. Global Change Biology 2010:1-18.
  6. Feldpausch, T.R. et al. 2016. Amazon Forest Response to Repeated Droughts. Global  Biogeochemical Cycles. 7(30)

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