Aspirando y trapeando la casa todos los días y desinfectando cada superficie de la cocina después de cada uso (así que al menos tres veces al día), mi mamá seguro que mantiene un lugar bastante limpio para todos. También reacciona con orgullo cada vez que alguien menciona su paranoia con los microbios. No sé cómo yo terminé siendo un total desastre.
También me sorprende no ser más propensa a más enfermedades o alergias, aunque quizá ha ayudado que siempre jugué mucho afuera y siempre tuvimos perritos en casa. Como nos cuenta Ed Yong en este libro, aparentemente eso es mucho mejor de lo que ya sabíamos. No es sólo por la diversión, el amor y la compañía de los perros, sino también son saludables compañeros microbiológicos.
Ya todos somos zombies
He leído las columnas de Ed Yong en The Atlantic a lo largo de los años y de vez en cuando veo su nombre en algunas revistas de ciencia. Es uno de los periodistas científicos más entretenidos, me atrevo a decir. Con su libro “Yo contengo multitudes”, Ed Yong cambia para siempre la forma en la que ves el mundo.
En 2012, cuando tomé mi primer curso de Microbiología, aprendí un poco de lo bueno, lo malo y lo feo del mundo microscópico. Aunque quizá nos centramos mucho en lo malo y feo de los microbios. Yong no sólo saca a relucir el lado positivo del micro-mundo y los científicos que lo estudian, sino también nos cuenta historia tras historia de cómo los microbiomas nos gobiernan.
Asociaciones. Muchas asociaciones.
En realidad no comemos alimentos para nosotros mismos. Los microbios en nuestro intestino necesitan algunos nutrientes que no pueden obtener por sí mismos, así que nos dan algunos antojos. Prácticamente los alimentamos. Más tarde, cuando terminan de procesar lo que necesitan, nos dan algunos subproductos (¿micro-poo?) que nuestras células estomacales sí disfrutan y necesitan para seguir manteniéndonos a nosotros y a nuestras comunidades microbianas.
Ese es tan sólo un ejemplo. El cantidad de relaciones tipo “zombies” en este mundo sigue sorprendiendo a la ciencia año con año. Desde beneficios en la agricultura, entretenimiento, tecnología, nutrición, enfermedades, vida silvestre… este libro te sorprende constantemente. ¡Ni siquiera lo sabemos todo todavía! Este libro te dará una amplia pero detallada imagen de la vida ineludible que no siempre podemos percibir.
¡Deja de intentar deshacerte de todo el micromundo y aprende a apreciarlo! Ten cuidado, por supuesto, pero sabe que la mayoría de los microorganismos son sumamente necesarios para nuestro día a día. Definitivamente recomiendo este libro a todos. Sin embargo, hay un grupo específico de personas que creo que debería leerlo más que nadie: los arquitectos. Contame si descubres por qué.
